El escaso entusiasmo que despierta el Mundial de Qatar 2022 entre los aficionados alemanes se ha visto acompañado por la decisión de algunos bares y restaurantes germanos de no transmitir los partidos del campeonato, como una forma de expresar su rechazo a un torneo que se juega en un país con un historial sobre derechos humanos más bien dudoso. Los miles de trabajadores fallecidos en la construcción de los estadios, la discriminación de mujeres y minorías LGBTIQ+ y las restricciones a la prensa son vistos críticamente en algunos países de Europa.
Incluso Noruega llegó a plantearse a comienzos de año la posibilidad de boicotear el campeonato de la FIFA. Pero eso, ni el más bien modesto interés que han demostrado los mismos qataríes de cara a la fiesta futbolística, se replican al otro lado del mundo. En América el ánimo parece ser más fuerte que las reticencias éticas, y la fiesta deportiva se vive precisamente como eso, como una fiesta deportiva, incluso en países cuyas selecciones no llegaron a clasificar.
El periodista venezolano Alfredo Coronis Arrizabalaga, comentarista de fútbol en Conexión Goleadora de Radio Hot y en Televen, cuenta a DW que si bien este mundial es particular, por jugarse en invierno en el hemisferio norte y cerca de Navidad, el entusiasmo de los fanáticos venezolanos parece intacto.
“La gente está animada y se ven hinchas congregados en plazas, y eso que todavía no juegan las selecciones que acá son populares, como Argentina, Portugal, España y Brasil”, explica el profesional. Hay otro elemento que podría jugar en contra del torneo en el caso de Venezuela: esta vez coincide con la liga de béisbol local, de fuerte arraigo.
El ecuatoriano Juan Diego Cornejo, periodista en CRE Satelital y Radio Sur, explica a DW que en su país hay espíritu festivo, sobre todo porque la selección no había clasificado a Rusia 2018 y hay muchas esperanzas depositadas en esta generación de jugadores. “Tenemos una selección joven y el trabajo del entrenador Gustavo Alfaro ha sido muy eficiente, así que el interés obviamente es muy grande, hay confianza de que se pueda cumplir la mejor participación del país en la historia de los mundiales”, revela. ¿Posibilidad de boicotear el torneo? Ninguna, dice. “Acá se vive el Mundial como una fiesta, hay pantallas gigantes en muchos lugares, para que la gente disfrute gratuitamente del torneo”.